Hola amigos !
Hoy, antes de
partir hacia Huerta de Rey, he acudido a la Abadía de Silos, a Laudes, para oír de nuevo canto gregoriano. Oyéndoles con los ojos
cerrados, puedes trasladarte a la Edad
Media y sentir la magia de esa época. Hacia la mitad de la celebración litúrgica, los monjes hacen una pausa de unos minutos en sus cantos, una pausa de reflexión. El silencio en la Abadía es total, hasta el punto de tener la sensación de poder oír ese silencio. Poco antes de finalizar los salmos, las luces se apagan y la iglesia queda a oscuras, apenas un poco de luz del exterior. Nuevamente un silencio total. Es un momento especial. Después, uno tras otro, los monjes benedictinos van desapareciendo ordenada y lentamente por la parte posterior del altar.
Media y sentir la magia de esa época. Hacia la mitad de la celebración litúrgica, los monjes hacen una pausa de unos minutos en sus cantos, una pausa de reflexión. El silencio en la Abadía es total, hasta el punto de tener la sensación de poder oír ese silencio. Poco antes de finalizar los salmos, las luces se apagan y la iglesia queda a oscuras, apenas un poco de luz del exterior. Nuevamente un silencio total. Es un momento especial. Después, uno tras otro, los monjes benedictinos van desapareciendo ordenada y lentamente por la parte posterior del altar.
Tras el oficio
religioso he intentado sellar mi salvoconducto en la Abadía. He hablado con uno
de los monjes, un hombre joven muy amable, pero me dice que ahora no puede ser,
que sus compañeros se han retirado a desayunar. Me pide que vuelva a Tercias, a las 9:15h
A la hora
indicada, entro de nuevo en la iglesia. Los monjes están ya en el Presbiterio, alrededor del altar, ocupando sus sitios. Voy hasta las primeras bancadas para verles y oírles de
cerca. El monje joven que estuvo hablando conmigo me hace una seña y me pide
que suba al altar. Me quedo parado, sin saber que hacer. De nuevo me hace una seña y
me pide que vaya con ellos. Por fin reacciono y subo al Presbiterio lentamente,
tratando de asimilar la situación a medida que avanzo. Me acomodan entre ellos
y me dan los impresos de los salmos que van a cantar en el oficio religioso.
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Monjes de Santo Domingo de Silos |
Finalmente he sido capaz de cantar con los monjes de Silos y, aunque no debería de ser yo quien lo diga, puedo asegurar que lo he hecho bastante bien, creo…
Acabado el oficio religioso, el
joven monje se ha acercado de nuevo a mí. Me estrecha la mano cordialmente y hablamos
un rato. Después me ha puesto en contacto con otro religioso, para que me selle
el salvoconducto de “El Camino del Cid”, cosa que ha hecho transcurridos unos minutos.
He salido de la
Abadía completamente feliz por haber tenido el honor de cantar con los monjes
benedictinos de Silos. Desde aquí quiero dar las gracias a todos ellos. No lo
olvidaré nunca.
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Santo Domingo de Silos |
Cantar:
“La missa
dicha, pensemos de cabalgar, ca el plazo viene açerca, mucho habemos de andar.
Como lo mando mio Çid, asi lo han todos a far.
Pasando va la noche, viniendo la man, a los mediados gallos piensan de
cabalgar”
Se da por seguro
que Rodrigo Díaz de Vivar conociese personalmente a Domingo Manso, abad del
monasterio de San Sebastián de Silos, futuro Santo Domingo de Silos. El Cid
hizo varias donaciones para el mantenimiento y sustento de los monjes.
La ruta entre
Silos y Huerta de Rey me ha parecido muy bonita. Es algo montañosa y discurre
entre pinares muy bien cuidados. Los que realicen este trayecto en bicicleta lo
tienen muy complicado.
Después de hacer una parada en Peñacoba, para admirar la panorámica
que se divisa desde la iglesia de Nuestra Señora del Cerro, enfilo por la senda
de Pinarejos…
No es difícil
imaginarlos en vistosos caballos, muy bien decorados al estilo medieval.., o quizá
no. Quizá sus ropajes eran grises y oscuros como su destino. ¡Quién puede
saberlo!
Probablemente en
su pensamiento se repitiera una y otra vez, machaconamente, que nunca habrían
de regresar a sus casas.
Polvo, sudor y hierro. Mío Cid cabalga...
Pinarejos
En este punto, el Cantar habla de un sitio llamado Spinaz de Can y se cree que se trata de este mismo lugar. Posiblemente fue aquí donde el Cid y los suyos acamparon en el séptimo día de destierro y donde se les unieron más personas.
Cantar:
"Soltaron las riendas piensan de andar.
Çerca viene el plazo por el reino quitar.
Vino mio Çid yazer a Espinaz de Can.
Otro dia mañana piensa de cabalgar,
Grandes gentes se le acogian esa noche de todas partes.
Ixiendose va de tierra el Campeador leal,
De siniestro San Esteban, una buena çiudad,
De diestro Alilon las torres, que moros las han"
Dejo la fortaleza asegurada y me dirijo al que será el final de etapa: Huerta de Rey.
Hoy debo dejar
El Camino del Cid, ya que no dispongo de días libres para continuar. Para
despedirme hasta la reanudación de este Camino, a primeros del próximo mes, os dejo
esta poesía dedicada al Cid, de título “Castilla”, cuyo autor es Manuel Machado.
El ciego sol se
estrella
en las duras
aristas de las armas,
llaga de luz los
petos y espaldares
y flamea en las
puntas de las lanzas.
El ciego sol, la
sed y la fatiga
Por la terrible
estepa castellana,
al destierro,
con doce de los suyos
-polvo, sudor y hierro-
el Cid cabalga.
Cerrado está el
mesón a piedra y lodo.
Nadie
responde... Al pomo de la espada
y al cuento de
las picas el postigo
va a ceder
¡Quema el sol, el aire abrasa!
A los terribles
golpes
de eco ronco,
una voz pura, de plata
y de cristal, responde...
Hay una niña
muy débil y muy
blanca
en el umbral. Es
toda
ojos azules, y
en los ojos. lágrimas.
Oro pálido nimba
su carita
curiosa y asustada.
"Buen Cid,
pasad. El rey nos dará muerte,
arruinará la
casa
y sembrará de
sal el pobre campo
que mi padre
trabaja...
Idos. El cielo
os colme de venturas...
¡En nuestro mal,
oh Cid, no ganáis nada!"
Calla la niña y
llora sin gemido...
Un sollozo
infantil cruza la escuadra
de feroces
guerreros,
y una voz
inflexible grita: "¡En marcha!"
El ciego sol, la
sed y la fatiga...
Por la terrible
estepa castellana,
al destierro,
con doce de los suyos
-polvo, sudor y
hierro- el Cid cabalga.
Hasta el próximo 1 de Abril
Un abrazo