viernes, 20 de marzo de 2015

De Burgos a Mecerreyes

Hola amigos !

Hoy ha sido una jornada larga y dura por las condiciones climatológicas. Brumas, mucho frío y viento fuerte del Noroeste durante todo el trayecto. Al margen de esto, el recorrido no reviste dificultad. En líneas generales está bien señalizado. Quizá la salida de Burgos sea lo más complicado, hasta enfilar la ruta.

Al igual que lo hizo el Cid, me pongo en marcha hacia San Pedro de Cardeña con las primeras luces del día, saliendo por la puerta de Santa María...
Puerta de Santa María
Cantar:
<El Cid monta a caballo y se despide de la catedral de Burgos, prometiendo mil misas al altar de la Virgen. Esto dicho, manda el Cid alzar su tienda en seguida. El Cid y todos los suyos cabalgan a mucha prisa. La cara de su caballo vuelve hacia Santa María alza la mano derecha y la cara se santigua: "A ti lo agradezco, Dios, que el cielo y la tierra guías; que con vos en deuda quedo de haceros cantar mil misas"

Hoy a Castilla abandono, del rey me arroja la ira: ¡quién sabe si he de volver en los días de mi vida! Que vuestro poder me valga al marcharme de Castilla, y que él me ayude y me socorra de noche como de día. Si así lo hacéis, Virgen Santa, y si la suerte me auxilia a vuestro altar mandaré muchas cosas y muy ricas, que con Vos en deuda quedo de haceros cantar mil misas>


San Pedro de Cardeña

Tras pasar por la localidad de Cortes llego al monasterio de San Pedro de Cardeña mucho
antes del horario de visitas, las 10 de la mañana, lo que me obliga a esperar un buen rato hasta esa hora. No quiero pasar de largo sin visitar este monasterio, ya que es un hito en El Camino del Cid, y por ello parada obligatoria. Este monasterio cisterciense fue construido en los siglos IX y X.

A la hora prevista uno de los monjes me ha enseñado el monasterio, en visita privada, ya que no había más personas.



La parte que hemos recorrido me ha parecido magnífica, muy especialmente en lo que a cantería se refiere. A lo largo del tiempo, maestros canteros han dejado para nuestra admiración columnas, puertas, escaleras y fachadas artísticamente trabajadas, como si de retablos de piedra se tratara.

Hemos visitado la capilla-panteón donde estuvieron muchos años sepultados El Cid y su esposa Dª. Jimena. Ahora descansan en la Catedral de Burgos.

Aún quedan aquí los magníficos sarcófagos, llenos de detalles e imaginaria en piedra, construidos por orden de Alfonso X el Sabio. La invasión napoleónica causó muchos destrozos en estas joyas. A muchos de los rostros que rodean los sarcófagos les arrancaron la nariz y otras partes de la cara.

También me ha parecido espléndida la Sala Capitular, una obra de arte en piedra y madera.


Sala Capitular San Pedro de Cardeña
Aquí aguarda el Cid cinco días esperando refuerzos, para partir con 175 caballeros. Deja en este lugar a su esposa Dª. Jimena y a sus dos hijas bajo la custodia del abad don Sancho. Tras la conquista de Valencia, Álvar Fañez, al mando de 100 caballeros, regresaría en su busca para llevarlas con el Cid a la ciudad recién conquistada...

Cantar:
<Los monjes de Cardeña reciben al Cid. Jimena y sus hijas llegan ante el desterrado. A la puerta llaman; todos saben que el Cid ha llegado. ¡Dios, qué alegre que se ha puesto ese buen abad don Sancho! Con luces y con candelas los monjes salen al patio. "Gracias a Dios, Mío Cid, le dijo el abad don Sancho, puesto que os tengo aquí, por mí seréis hospedado." Esto le contesta entonces Mío Cid el bienhadado: "Contento, de vos estoy y agradecido, don Sancho, prepararé la comida mía y la de mis vasallos. Hoy que salgo de esta tierra os daré cincuenta marcos, si Dios me concede vida os he de dar otro tanto. No quiero que el monasterio por mí sufra ningún gasto. Para mi esposa Jimena os entrego aquí cien marcos; a ella, a sus hijas y damas podréis servir este año.

Dos hijas niñas os dejo, tomadlas a vuestro amparo. A vos os las encomiendo en mi ausencia, abad don Sancho, en ellas y en mi mujer ponedme todo cuidado. Si ese dinero se acaba o si os faltare algo, dadles lo que necesiten, abad, así os lo mando. Por un marco que gastéis, al convento daré cuatro." Así se lo prometió el abad de muy buen grado. Ved aquí a doña Jimena, con sus hijas va llegando, a cada una de las niñas la lleva una dama en brazos. Doña Jimena ante el Cid las dos rodillas ha hincado. Llanto tenía en los ojos, quísole besar las manos. Le dice: "Gracias os pido, Mío Cid el bienhadado. Por calumnias de malsines del reino vais desterrado>

Tras permanecer alrededor de hora y media en el monasterio, reanudo mi camino hacia Modúbar de San Cebrián  y Los Ausines.

Realizo una parada para comer en la localidad de Cubillo del Campo. Hablando con la gente del bar, todos se sorprenden de que realice este viaje caminando. Esta hora de descanso me ha venido muy bien para abordar el tramo final hasta la localidad de Mecerreyes del Cid, donde pernoctaré en el albergue municipal. Desde aquí lo recomiendo por lo bien acondicionado que está.

Mañana más...

Un abrazo



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