viernes, 3 de abril de 2015

Langa de Duero a Miño de San Esteban


Hola amigos,

A primera hora de la mañana cruzo el puente medieval, para retomar la ruta del Cid. Durante cinco o seis kilómetros avanzo junto al rio Duero, por su margen izquierda, en su discurrir hacia el Oeste.

El día espléndido. En el trayecto veo muchos viñedos, perfectamente cuidados, que aportan sus uvas a la bodega "Castillejo de Robledo"

Paso ante la ermita de la Virgen del Monte, con su fachada a paño con la roca. Original y muy bonita.
Ermita Virgen del Monte

Por fin entro en uno de los sitios emblemáticos del Cantar del Mío Cid: El robledal de Corpes. El lugar donde las hijas del Cid, Doña Elvira y Doña Sol, sufrieron el ultraje a cargo de los Infantes de Carrión.

Cantar:
"Sigan todos adelante, que luego irán ellos dos: esto es lo que mandaron los infantes de Carrión. No se quede nadie atrás, sea mujer o varón, menos las esposas de ellos, doña Elvira y doña Sol, porque quieren solazarse con ellas a su sabor. Quédanse solos los cuatro, todo el mundo se marchó. Tanta maldad meditaron los infantes de Carrión. "Escuchadnos bien, esposas, doña Elvira y doña Sol: vais a ser escarnecidas en estos montes las dos, nos marcharemos dejándoos aquí a vosotras, y no tendréis parte en nuestras tierras del condado de Carrión. Luego con estas noticias irán al Campeador y quedaremos vengados por aquello del león." Allí los mantos y pieles les quitaron a las dos, sólo camisa y brial sobre el cuerpo les quedó. Espuelas llevan calzadas los traidores de Carrión, cogen en las manos cinchas que fuertes y duras son. Cuando esto vieron las damas así hablaba doña Sol: "Vos, don Diego y don Fernando, os lo rogamos por Dios, sendas espadas tenéis de buen filo tajador, de nombre las dos espadas, Colada y Tizona, son. Cortadnos ya las cabezas, seamos mártires las dos, así moros y cristianos siempre hablarán de esta acción, que esto que hacéis con nosotras no lo merecemos, no. No hagáis esta mala hazaña, por Cristo nuestro Señor, si nos ultrajáis caerá la vergüenza sobre vos, y en juicio o en corte han de pediros la razón."

Con esta afrenta, Castillejo de Robledo quedaría ligado para siempre al Cid.

Avanzo en silencio por estos caminos milenarios, con la única compañía del cantar de los pájaros y el viento, pasando por enormes campos, donde a buen seguro se produjeron batallas entre moros y cristianos. La verdad es que el terreno se presta a ello. No cuesta imaginar los campamentos de soldados musulmanes en estas praderas, dispuestos para el combate. Como ya he dicho, ésta fue durante siglos una zona de frontera.

Pienso en la religión, como motor en la vida, que ha hecho que millones de seres humanos a lo largo de la historia hayan combatido y muerto en su nombre, muchas veces de forma horrible..., aún hoy en día.

Pero tampoco podemos obviar las cosas increíbles que se han hecho de acuerdo con esas creencias, más si cabe en la Edad Media. Pienso en las personas que consagraban su vida a hacer una sola tarea, como pudiera ser el caso de escribir un libro, magníficamente escrito en afilada letra gótica. Lo hacían pensando en la eternidad, creo yo..., dejando con ello un legado importantísimo a las futuras generaciones.

Incluso, son muchos los casos, de colaboración entre culturas, con resultados esplendidos, como es, por ejemplo, el claustro de la Abadía de Silos, cuyos techos de madera policromada son extraordinarios y los realizaron artesanos mudéjares en colaboración con los cristianos.


Castillejo de Robledo

Diré que me ha parecido un lugar encantador, con su iglesia, castillo y casas de piedra y adobe. Este pueblo es el antiguo Robledal de Corpes, mencionado en el último capítulo del Cantar del Mio Cid, dedicado a la afrenta de Corpes.
Castillejo de Robledo
Probablemente sea ésta una de las ciudades más nombradas en este libro. Entre sus monumentos destaca el castillo templario, ubicado en lo más alto, en una zona rocosa. Se encuentra en ruinas y necesita ser acondicionado. La iglesia tampoco desmerece. Es original y muy bien conservada.

Aquí he trabado conversación con Eduardo, un hombre jubilado, amigo de ir caminando por la vida, al igual que yo, con varios Caminos de Santiago a sus espaldas. Enseguida hemos congeniado. Me ha hablado de la ciudad y de su historia, enseñándome la iglesia y los alrededores, acompañándome incluso a las afueras del pueblo para indicarme la ruta.

En esta zona, y también en amplias zonas de Castilla y Aragón, es costumbre pasar el tiempo jugando a las cartas, en concreto al Guiñote. Se juega con baraja española de 40 cartas, entre cuatro personas, formando parejas. Es muy similar al Tute, en el que hay que ir consiguiendo bazas, con un palo de triunfo. El objetivo final es conseguir el mayor número de puntos. Cada mano tiene dos fases bien diferenciadas. Una primera fase, en la que las reglas son muy similares a las del
juego de la Brisca, y una segunda, en la que las reglas son parecidas al Tute.


Valdanzo

De este
lugar, me ha sorprendido el elevado número de bodegas con las que cuenta el pueblo. Aquí he conocido a Félix, un hombre de 87 años. El último bodeguero. Vive aquí con su mujer y una veintena de vecinos.

Me ha explicado que en los buenos tiempos aquí había más de ochenta bodegas. Ahora casi todas están abandonadas, y algunas hundidas o seriamente dañadas.

Jon, Felix
Hombre recio. Se me antoja similar a los caballeros que viajaban con el Cid. Me invita a visitar su bodega. Descendemos a lo más profundo guiados por una linterna a punto de pasar a mejor vida. Probamos algún vino. Ya fuera me regala una botella. Insiste en que me la lleve, a pesar de que le digo que llevo mucho pes,. Por no hacerle un feo, cargo con ella.

Me habla de sus viñas y de cómo el trabajo es lo más importante para él, asegurándome que seguirá trabajando hasta que le sea totalmente imposible. Nos despedimos con un apretón de manos y continuo viaje...


Miño de San Esteban

Este pequeño pueblo de apenas 40 habitantes posee una joya, la iglesia románica gótica de
San Martín, con su campanario torre. A ella se accede a través de una puerta de medio punto, escoltada por ocho arcos románicos, cuatro a cada lado.

Hoy es Viernes Santo. He tenido la ocasión de ver la iglesia abierta y también de ver la procesión que aquí se celebra, en la que participa todo el pueblo.

Para finalizar mi relato quiero describir aquí las circunstancias que se han dado para que pueda pernoctar hoy en este pueblo, en Miño de San Esteban.

Desde mi salida de Langa de Duero he viajado con la inquietud de no disponer de alojamiento al finalizar la jornada. Es Semana Santa. Hay muchos turistas y los pocas plazas hoteleras que existen por estos lugares están ocupadas.

Mientras caminaba he pensado en que me podría suceder de todo, dormir a la intemperie, en un pabellón... Incluso le he echado un ojo a un lugar con fardos de paja que hay a la entrada de Miño de San Esteban.

Pero no ha sido necesario. Hoy, al igual que se menciona en uno de los pasajes del Cantar del Mío Cid, la corneja estaba situada a mi diestra, que no a la siniestra.

Nada más entrar al pueblo, en la primera casa que me he encontrado, ha sido saludar y ya me han invitado a tomar una cerveza y a comer una torrija. Me atienden Isabel y Angela, y tras ellas, el resto de su familia, entre las que se encuentra una chavala de 87 años, Nemesia, "Neme" para toda su familia.

Ha sido conocer mi situación y al momento se han ofrecido a alojarme en su casa. ¿Que puedo decir? Me siento honrado, por la confianza que han depositado en mi.

Angela, Nemesia, Jon y Pedro
No solamente me han alojado, también me han dado de cenar. He probado, por primera vez en mi vida, garbanzos con congrio y mejillones a la brasa. También me han dado a probar bacalao. Muy rico. Todo ello, en la compañía de la familia. Nos hemos bebido el vino que me ha dado Félix en Valdanzo, mientras hablamos de todo un poco, en torno al fuego bajo. También he probado el vino que hace ésta familia con uvas garnacha y tinta del país, para su propio consumo. Me ha gustado...

Me han tratado maravillosamente bien. Como uno más de su familia. ¡Gracias!, Nemesia, Angela, Isabel, Pedro, Diego,... No lo olvidaré nunca.

Ahora a descansar. Mañana me espera una dura jornada...

Un abrazo



2 comentarios:

  1. Hola Jon soy Diego, el nieto de Nemesia. Un placer leer tu aventura sobre el camino del Cid y sus anécdotas, espero que lo pasaras de lujo.
    Decirte en nombre de la familia que encantados por tus palabras, que estas invitado a Miño cuando quieras y saludos de todos.
    Un placer.

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    1. ¡Hola Diego!
      Tu comentario me ha pillado de viaje a Madrid y me ha hecho una ilusión tremenda. Soy yo el que siente agradecimiento hacia todos vosotros. Muchas veces os recuerdo y hablo de vosotros con otras personas.
      No podré ir a visitaros, al menos hasta Octubre, porque a partir del primero de Mayo iré a EEUU para hacer el Appalachian Trail, que me llevará unos 5 meses. Escribiré también un blog de este viaje en el que podréis seguir mis peripecias. A mi regreso, prometo ir a visitaros. Un abrazo enorme para ti y también para todos (Nemesia, Angela, Isabel, Pedro…)

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